“La realización de un plan de marketing debe ser concreta, directa y definiendo estrategias y acciones que ayuden claramente el proyecto que deseamos desarrollar.”

Esta frase pudiera parecer una obviedad. Nuestra experiencia se centra en clientes y en proyectos concretos. El emprendedor de hoy en día como responsable de la empresa o servicio bajo su responsabilidad, necesita conceptos claros y aplicables. Implementar un plan de marketing supone la colaboración positiva (proactividad) de todas las personas que forman la empresa o proyecto y al mismo tiempo el proyecto de marketing debe ser ajustable, maleable en el tiempo y durante la ejecución del proyecto para garantizar una reacción buscando alcanzar los objetivos que esperamos del plan.

Las etapas que definen un plan de marketing las definimos:

1. Investigación empresarial: Realizamos las tareas: recopilar información de los propios servicios/productos, estudio de la competencia, posicionamiento de nuestra empresa respecto la competencia y el mercado, valoración de nuestros servicios/productos y posibles propuestas de mejora o variación, etcétera.
2. Acotación de datos y contraste: Definición de las cuatro “p” del marketing: producto, precio, promoción y distribución. Actualmente hay otras consideraciones más subjetivas y que en la medida de lo posible es bueno acotar. Ello enriquece el plan aunque sean términos más subjetivos pero no menos importantes. Tiene que ver con la percepción sensorial y emocional del público de nuestro servicio/producto. También es bueno saber la opinión actual de clientes y proveedores de nuestra compañía.
3. Desarrollo del plan de marketing: a partir de los datos anteriormente recopilados, preparamos un borrador de plan de marketing que se trabaja en connivencia con nuestro cliente. Este plan tendrá una estructura similar a: Características del mercado y público objetivo, situación de la competencia, posicionamiento del producto/servicio, propuesta de estrategias y acciones de comunicación, presupuesto, calendario y fases de implementación del proyecto.
4. Implementación del proyecto: siempre será un proyecto maleable y ajustable a lo largo del proceso de aplicación del plan. Actuamos con reflejos y si hay acciones o estrategias que no producen el resultado esperado debemos reaccionar rápidamente para conseguir los objetivos por otros medios. El proyecto debe ser “vivo”, maleable en el tiempo y en la forma.
5. Seguimiento: es conveniente la implicación de los departamentos y personas que forman la empresa, sus valoraciones y aportaciones son vitales para el buen desarrollo del proyecto y no tener reparos en cambiar las fases necesarias para alcanzar los objetivos.
6. Conclusiones y correcciones: el constante seguimiento del proyecto alimenta la nueva generación (retroalimentación) para desarrollar el plan de marketing para años/campañas posteriores.

Otras consideraciones: aprovechar la tecnología informática para los aspectos organizativos, la generación de bases de datos, las relaciones con clientes (CRM), etcétera, son aspectos que ayudan a la consecución del plan.

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